Salud: la cura es uno mismo

Gracias por los mensajes de cariño, a propósito de la partida de mi padre a reencontrarse con su unidad y con sus amores de arriba. Se fue tranquilo, su sufrimiento fue poco (siquiera) y fue mucha la herencia que nos dejó, espero administrar bien la que me corresponde. *** A propósito de dolores, cuando en las familias hay un enfermo, las cosas cambian mucho, la vida se vuelve distinta, hay que reaprender a convivir con algo para lo que nadie está preparado realmente. No obstante lo anterior, observando cualquier barrio de nuestras ciudades empieza a entenderse que esta sociedad está más enferma de lo que uno llega a comprender. Me explico. Todas las oficinas, clínicas, etc., relacionadas con eps, ips, están llenas hasta las banderas de usuarios a todas las horas del día, autorizando un examen, una droga, un tratamiento, una operación. Dolencias que se creen físicas, que van a solucionar un médico, una droga bendita, una planta con poderes milenarios,un milagro, una misa de sanación, una oración, etc. Hay que empezar, creería uno, por limpiar la torre (la cabeza) de tanta basura que hemos ido acumulando por generaciones. En mi caso particular, cada año dos veces en promedio, el médico que yo consulto, el dr. Duque, me escucha con mucha paciencia que tengo el mismo dolor (digo yo en el corazón) y me hace un electrocardiograma para convencerme que no me va a dar un infarto fulminante. Vuelve y me explica cómo es que se produciría el infarto y qué me dolería. El dolor es reflejo por alguna cosa particular que me está ocurriendo relacionada con los afectos o porque he dormido mal o porque no he hecho suficiente ejercicio. Tengo unas conocidas que se enferman de todo lo nuevo o viejo que aparece en el área médica, pese a que todos los exámenes les dicen que están perfectas. En fin. Estoy aprendiendo mucho sobre estos temas. Los dolores están en la cabeza, las enfermedades tienen más que ver con lo que pensamos que con cuestiones externas, aunque no sobra tener en cuenta las recomendaciones. Pero viéndolo bien, el mejor negocio que hoy por hoy hay en nuestro país es la enfermedad. La estamos alimentando mucho.