viernes, 20 de enero de 2012

Iván Moreno, el terrible

Iván Moreno Rojas quería ser presidente de Colombia. Y casi lo consigue (para bien del país esta posibilidad, por lo menos se le demorará 20 años). Desde que nació en Miami , ya van a ser 50 años atrás, su madre, la llamada capitana lo veía como el digno sucesor de su padre, el General. Por eso hizo todo lo posible por comenzar a ligarlo con los temas sociales, que según diría Iván después lo llevaban a hacer sus mejores esfuerzos "en la búsqueda de una sociedad equitativa y...alcanzar o superar los logros de mis padres y abuelo, en beneficio de las clases más desprotegidas". De los logros de su abuelo, sabe todo el país y de los de sus padres, sobre todo de Samuel Moreno Díaz, ex senador de la República, conocen mucho ciertos arruinados ex propietarios de tierras en la zona de Santander, especialmente en la ruta a San Vicente. Iván estudió Medicina en la Universidad Nueva Granada y en gracia a sus dotes políticas, en 1994 comenzó su ascenso público, cuando el entonces presidente Ernesto Samper Pizano lo nombró Viceministro de Salud y luego Ministro del Trabajo. Utilizando sus dotes populistas (aprendidas desde la cuna), se fue a vivir con su madre a una zona deprimida de Bucaramanga, ciudad norte (cuyas construcciones dice la señora María Eugenia d se le deben a ella y hay quienes le creen más de 50 años después), como una estrategia para elegir a su hijo preferido en la alcaldía de la capital santandereana, cosa que ocurrió en el año 2000. Durante su gestión no solo se dejó a Bucaramanga financieramente inviable (pasó de $15 mil millones de déficit a más de $40 mil millones); sino que el 1º de junio de 2002 misteriosamente un incendio acabó con un piso completo de la alcaldía que guardaba documentación de investigaciones de la Contraloría Municipal. La compañía de seguros que pagó finalmente la reconstrucción de todo el centro administrativo, dijo que no hubo manos delictivas en el incendio, que como la gran mayoría de este estilo, se había presentado por un corto. Quien manejaba los seguros de la alcaldía era Honorio Galvis, sucesor de Moreno y hoy también, como el destituído hijo de María Eugenia, senador de la República. Fueron famosísimas en Bucaramanga las fiestas de Iván Moreno, todavía hay recuerdo de sus parrandas a lomo de caballo en las fiestas de fundación que se conmemoran en noviembre. También hay quienes tienen el recuerdo de otras faenas, que no se sabe si hacen parte de una leyenda urbana, como aquella que afirma que doña María Eugenia impidió que se casara con una hermosa profesional santandereana, porque esa unión interferiría con su carrera hacia el solio de Bolívar. Le sacó las maletas a la calle, dicen los vecinos. Llegó a ser dueño de un gran poder elector en la ciudad, que luego trasladó a Bogotá, trasteo que incluyó cambio de partido cuando ingresó al Polo Democrático, que estaba necesitado de votantes que le fueron servidos por el hijo de la 'capitana'. Hoy se sabe, según las investigaciones, que construyó todo un imperio (electoral y económico) con dineros suyos y míos. Y que por lo menos por los próximos 20 años no volverá a aparecer en los tarjetones, si no es que ocurre algo extraordinario. SONIA DÍAZ MANTILLA

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