jueves, 15 de diciembre de 2011

Invierno: para pensar largo

Todo proceso nos sirve para crecer, para pensar. Así sea individual, colectivo o hasta de nuestra especie. Mirando los efectos causados por las lluvias: inundaciones, muertos, colapsos viales, deslizamientos de tierra, etc, he pensado qué pasará por la mente de aquellos que siguen aferrados a un trozo de tierra como su posesión. Me explico, las montañas se están literalmente 'derritiendo' y mucha de esa tierra de quienes se aferran a esos palos y barro aún a costa de perder su propia vida, se convierte en agua, en lodo, osea que realmente no tienen nada, como no tenemos nada ninguno de los seres humanos para ufanarnos de que dominamos algo. Cada vez que cae un aguacero (ya se perdió la cuenta de a cuántos se les ha llamado diluvios) en cualquier parte del planeta tierra, vemos lo mismo: mucha gente corriendo hacia lugares seguros intentando proteger su vida. Bueno, en Colombia se han muerto cientos de personas que creen que están a salvo de las consecuencias del cambio climático y desafían la gravedad quedándose donde no deben, pero esa es otra historia. Va a llover hasta marzo en Colombia. Eso no va a cambiar. Por tanto hay que adaptarse a este clima, que no es ni bueno ni malo, es el que nos tocó a quienes estamos vivos en este momento aquí. Y adaptarse quiere decir intentar hacer cosas que hagan más llevadero nuestro paso por aquí, así a algunos les parezca tardía la respuesta. Preservar el medio ambiente que nos queda, comenzar a comer cosas de ocasión (porque los cultivos están todos afectados); no seguir cargando de mugre quebradas y ríos; ahorrar agua (así parezca raro puede haber racionamientos); ahorrar luz; usar menos el carro particular o bajarse definitivamente de cualquier tipo de transporte, con sombrilla y botas machas; no talar en sitios donde todavía los árboles y sus raíces protegen los terrenos; bañarse corto; sembrar árboles, etc. Hay que actuar ya, y no pasarse la vida sólo en quejas porque los países ricos o las Corporaciones Autónomas no hacen nada para preservar la vida (toda, incluida la nuestra) en este planeta. Nos tocó actuar a todos y rápido, si queremos salvar lo mínimo que nos queda. De las tierras montañosas no está quedando sino agua y lodo.

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