miércoles, 24 de noviembre de 2010

Nuestras plañideras

Advierto que no voy a dar los nombres. No quiero entrar en la lista de indeseables, sólo me apetece comentar el absurdo que significa que dos mujeres, cual plañideras, vayan por el planeta tierra hablando pestes del país que las parió. Están en el papel de Evita, la de "No llores por mí Argentina".
Las plañideras, son o eran, ya no sé, unas mujeres contratadas en los entierros en la Costa Caribe colombiana, para llorarese evento social. Ellas, quejosas, eran las  engargadas de decir ¿Porqué nos dejaste alfonsitooooo?, etc.
Una de nuestras plañideras dice que llora por nosotros, por su Colombia del alma. Que cómo le duele lo que estamos pasando (ya ni sabemos a qué se refiere). Ya deja esa bobada, querida, este país te consintió durante muchísimos años, votó por tí, te mantuvo a manteles con el poder. No es que le debas nada, pero por lo menos déjanos tranquilos a nosotros.
Es cierto, pasaste por momentos muy difíciles, que no se le pueden desear a nadie, pero tu llanto es de cocodrilo mijita.
Vende tus libros, sé feliz, gózate a los hijos que no viste por tantos años, pero a nosotros ya déjanos en paz, que no fuimos los que te volvimos mártir de 500 hilos, sino tu segundo hogar.
Aprovecha la segunda oportunidad que el Universo te dio.
La otra, es campeona. Una vez se quedó sin su jugoso puesto, porque no cuadraban las cuentas de su votación en unos sitios. Pero ella vuelve y se reencaucha, se va para Europa, grita que somos una republiqueta, que todos la queremos matar y ya está, se vuelve otra vez personaje importante.
Le descubrieron unas relaciones no muy sanctas con unos personajes que nos destruyeron y nos siguen destruyendo, pero eso, para ella y su combo de repetidoras en medios de aquí y de allá, es un complot.
Ya ni siquiera se parece a ella, su físico ha sido alterado para semejarse, como Mickael Jackson, a aquellos que tanto odia, a los riquitos de su país.
Hizo unas vueltas en Venezuela para unos personajes de aquí, de allá, de acullá y por eso le pagaron buen dinero, pero defiende a los pobres, según dice ella.
Yo, humildemente, les pido que paren, que no nos jodan más, que nos dejen en paz, que sigan su vida, que nosotros queremos seguir la nuestra, sin tener que padecerlas a cada segundo.

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